RECORTES DE PRENSA
A un centro de menores por robos con violencia
Ana Lucas 02.04.2017 | 04:00
Agentes de la Policía Nacional ha detenido a un adolescente de 17 años sospechoso de ser el autor de numerosos robos con violencia en la capital murciana.
Al joven se le había perdido la pista desde hace entre dos y tres meses. El Juzgado de Menores ya había dictado medidas cautelares contra él. El pasado viernes, el chico se presentaba en la Comisaría de la calle Correos, junto a sus padres. Del caso se ocupó el Grupo de Menores (GRUME), confirmaron fuentes policiales.
Una vez en dependencias policiales, un letrado prestó asistencia al sospechoso. El chico, de origen magrebí, fue trasladado a un centro de menores, dado que ya lo había decidido el juez.
El Grupo de Menores, adscrito al Servicio de Atención a la Familia, alerta del aumento de este tipo de maltrato
23.03.14 - 02:17 -
Quinceañeros furiosos que acaban por cruzarle la cara a su madre. Discusiones familiares en las que se exceden los límites. Son realidades con las que el Grupo de Menores del Cuerpo Nacional de Policía (Grume) batalla a diario. Solo en lo que va de año este equipo ya ha detenido a unas 80 personas -principalmente adolescentes- en la Región. Estos chavales se ven las caras con la Justicia debido principalmente a robos con fuerza, pero también por delitos de índole sexual o por casos de maltrato hacia sus progenitores. El inspector jefe del grupo, Alejandro Cruz, advierte de que solo en este primer trimestre del año ya se han registrado siete de estos casos y que ésta es una triste realidad que va en aumento. «Habitualmente es un maltrato físico», lamenta. «En ocasiones los padres vienen a pedirnos consejo sobre qué pueden hacer».
El Grupo de Menores de la Policía Nacional se encarga de todos aquellos delitos en los que participe un menor, sea infractor o víctima. En los tres últimos años, esta unidad ha arrestado a más de 800 adolescentes, aunque esta cifra parece reducirse progresivamente. Los robos con fuerza, principalmente en trasteros, son la joya de la corona. «Hay un grupo amplio que se dedica a estos delitos y son muy comunes», recalca Cruz. También el acoso escolar comienza a robarle el sueño a estos agentes. Éste, advierten, ya ha dado el salto y se hace fuerte ahora a través de internet y las redes sociales. «El problema surge sobre todo por Whatsapp», explica. «Los chavales hacen 'sexting' -envío de contenidos eróticos o pornográficos por medio de teléfonos móviles- y a veces no se dan cuenta del riesgo».
Los jóvenes con los que lidia esta unidad son aquellos que tienen entre 14 y 17 años, dado que, según marca la ley, antes de esa edad son inimputables. Eso no significa, sin embargo, que sus agentes no los controlen. Los miembros de la unidad recuerdan, en este punto, la historia de un chaval que tenía 12 años cuando comenzó a ser conocido por la Policía por una retahíla de tirones, robos en trasteros, sustracciones de teléfonos móviles... «Nos traía como locos», confiesan. Un día, en una conversación informal con un agente, llegó a confesarle su intención de abandonar el 'mal camino' a los 14 años, cuando su actividad pudiese acarrearle ya problemas con la justicia. Y así lo hizo.
Esta unidad, sin embargo, no se encarga solamente de perseguir a los delincuentes más prematuros. También planta cara a todos aquellos que cometen un delito contra un niño. En este sentido, este grupo alerta de la existencia de numerosos casos de abusos sexuales a menores. En estos meses de 2014 ya se han visto obligados a investigar cerca de una decena, algunos de ellos infringidos incluso por familiares directos de las víctimas. «Hubo una niñera de un pequeño de 4 años que tuvo que grabar las confesiones que le hacía el niño de los abusos de un familiar para que los padres la creyeran», explican. «La investigación de este tipo de delitos requiere de mucho tacto y a veces resulta desagradable, sobre todo para los que tenemos hijos». En lo que va de año este equipo también ha tenido que emplear mucho esfuerzo para resolver las desapariciones -voluntarias- de algunos niños y sus fugas de centros de menores.
5.000 mujeres protegidas
Esta unidad trabaja mano a mano, dentro del Servicio de Atención a la Familia (SAF) -que coordina, como jefe de sección, Tirso Fernández-, con otro equipo que, en los últimos años, ha resultado clave: el Servicio de Atención a la Mujer (SAM). Activa desde 1997, esta unidad planta cara a todos esos delitos que tengan a una mujer como víctima. En los últimos siete años, sus agentes han investigado, entre otros, unos 9.000 casos de malos tratos, un millar de amenazas, 550 violaciones y abusos sexuales o 60 casos de exhibiciones. Unos 10.000 delitos y 1.200 faltas por las que se realizaron 8.200 detenciones.
Los casos de presuntos malos tratos suelen llegar a los agentes de la unidad a través de los coche patrulla (los 'zetas') o de la propia Sala del cuerpo. Ésta es atendida por tres operadores y recibe unas 200 llamadas diarias. Una vez comprobada la alarma, los propios integrantes de la centralita alertan a los investigadores del SAM, que ya se hacen cargo del asunto. Ahí comienza un largo proceso en el que estos policías toman un contacto con la mujer que puede extenderse mucho en el tiempo y que, en ocasiones, comprende también el informar a la víctima de los derechos que la asisten. En este proceso, los agentes analizan, además, el nivel de riesgo de la víctima.
El inspector jefe del Servicio de Atención a la Mujer, Javier Baturone, que lleva más de ocho al frente de este equipo, explica que la mayoría de mujeres que llegan a su unidad son víctimas de maltratos físicos que, en ocasiones, van unidos a daños también psicológicos. «Es raro que el maltrato sea solo psicológico». Antes del primer golpe, advierte no obstante, siempre ha habido un intento de dominación, de humillación a la mujer. «El maltratador siempre intenta antes controlar a la víctima: el dinero, las salidas...».
El inspector jefe Baturone asegura que en los últimos años el número de casos de presuntos malos tratos se ha mantenido estable. «Tenemos unos 80 o 100 detenidos por este tema cada mes», aclara. No esconde su preocupación, sin embargo, ante el aumento de este tipo de conductas entre la población más joven.
El Cuerpo Nacional de Policía cuenta asimismo con la Unidad de Prevención, Asistencia y Protección (Upap), que, con una decena de funcionarios, se encarga de velar por la seguridad de todas esas mujeres que han sido víctimas de presunta violencia de género. Actualmente, unas 420 féminas son vigiladas por este equipo, que ha llegado a supervisar a cerca de 5.000 mujeres desde que arrancó su labor hace una década. En algunos casos, incluso, las amenazas que penden sobre la víctima son múltiples. «Hay mujeres que tienen órdenes de alejamiento con tres hombres distintos», reconoce Baturone.
Comentarios
Publicar un comentario