ENTREVISTA COMPLETA

Aquí os dejo la entrevista completa que se llevó a cabo con los periodistas de la verdad.

 P- ¿Se ha notado algún tipo de incremento o evolución en los delitos cometidos por menores en los últimos años en Murcia? ¿Hay datos de ello o al menos sensación de que esto es así? La memoria de la Fiscalía señalaba hace dos años un notable aumento.
R- Desde el punto de vista cuantitativo no. El número de infracciones penales (delitos graves, menos graves y delitos leves –antiguas faltas-) cometidos por menores no ha sufrido una variación excesiva al alza. Sí es cierto que estos menores han ampliado el abanico de delitos que suelen cometer. Si hace años se dedicaban a pequeños hurtos en tiendas, al robo con fuerza en trasteros para sustraer sobre todo bicicletas o a la sustracción mediante intimidación verbal (pocas veces con armas blancas), hoy día se dedican también al hurto e incluso a Robos con Fuerza en interior de domicilios, y la violencia o intimidación que ejercen en determinados robos la realizan con más violencia. No han crecido los Robos, se han vuelto más violentos y osados y esa violencia es la que suelen emplear en todos los ámbitos de su vida.
P- ¿Y hay alguna tendencia en relación a los ilícitos cometidos por inimputables?
R- El Grupo de Menores de Murcia al igual que el resto de GRUMES de España, llegan a tener conocimiento de todos los ilícitos penales que cometen los menores (todos, sin discriminar edad) en su demarcación territorial. En el caso del Grupo que dirijo, puedo decir que sí hemos observado un incremento en los menores inimputables que comienzan a delinquir, muchas veces acompañados de otros menores ya imputables y en otros casos, acompañados por mayores de edad penal. La edad que más se reitera en ese inicio de actividad, son los once años, comienzan con pequeños hurtos y terminan siendo éstos los que en algunos casos acceden a domicilios para robar en su interior. Sus acompañantes saben que por su edad, no solamente no van a ser detenidos, sino que ni tan siquiera, pueden ser identificados por huellas o por otro sistema, por lo que en muchos casos, son éstos los que de una manera física realizan los ilícitos penales de los que posteriormente se aprovechan los demás. Estos menores ni tan siquiera saben qué significa la palabra inimputable, para ellos lo único de lo que son conscientes, es que sus actos quedan impunes, que ni tan siquiera son llamados a Dependencias policiales cuando los diferentes Grupos de Menores, como es el caso del de Murcia, los identifican fotográficamente.
         En países de nuestro entorno, la edad penal para imputar un delito a un menor varía según las diferentes legislaciones, en Suiza la edad penal comienza a los 7 años, en Reino Unido a los 10 y en Francia a los 13, todos ellos con diferentes aspectos legislativos en cuanto al enjuiciamiento de estos menores infractores. Un menor con 13 años es absolutamente consciente de que lo que está haciendo está mal, y por ende es consciente de que cuando hace algo mal y no se le reprocha, puede seguir haciéndolo.
P- ¿Alguna aproximación de cuántos menores se remiten al juez anualmente?
R- Los Grupos de Menores trabajan directamente con la Fiscalía de Menores, por lo cual los datos de cuántos menores pueden ir a presencia del Juez de Menores competente, no los sabemos. Es muy raro, por no decir excepcional, que nos citen como Policías a un juicio por la detención de un menor, por poner un ejemplo, en mis ocho años al cargo de este Grupo solamente me han citado en una ocasión. En cuánto a cuantos menores pasan a disposición de la Fiscalía de Menores por delitos, son muy pocos; en la mayoría de los casos son puestos en libertad y entregados a sus padres o representantes legales. La Ley de Responsabilidad Penal del Menor es muy garantista y observa que la detención de los menores se efectúa por su propia seguridad, y con el único fin de la propia protección del menor. Sí que es cierto que en Murcia la Fiscalía de Menores trabaja muy bien y tal como establece esa Ley de Responsabilidad del Menor en cuanto a la mínima intervención penal con esos menores, disponen de unos equipos técnicos que intentan evitar que aquellos casos menos graves lleguen a Juicio, mediante actos de mediación o conciliación; no así para los más graves.


P- ¿Cuáles son los tipos delictivos más habituales que se suelen denunciar? ¿Atracos? ¿Robos con fuerza en viviendas u otros domicilios? ¿Agresiones? ¿Algo de violencia sexual o de género?
R- Comenzaré si le parece, por aquello que en el Grupo que dirijo es casi residual, y es la Violencia de Género o Sexual, cometida por menores. En el primero caso no hay apenas denuncias y en ambas por desgracia son los propios menores las víctimas, delitos que también investiga este Grupo. Por otro lado, la mayoría de denuncias que llegan al GRUME, son “Robos con Violencia –TIRONES-”, tanto de teléfonos como de bolsos, mochilas, etc., Hurtos en comercios, Hurtos de bicicletas municipales (habitualmente usadas para cometer otros ilícitos penales), Robos con Fuerza en Vehículos, sustracción de vehículos (sobre todo ciclomotores, también para cometer otros delitos) y Robos con Fuerza en Domicilios, Naves Industriales, etc.… Las agresiones entre menores se dan sobre todo en el ámbito escolar, y sí hemos notado un incremento en las denuncias de padres hacía sus propios hijos por múltiples motivos, entre ellos, agresiones y amenazas graves. La violencia intra-familiar de estos menores a sus progenitores sí tiene un aumento muy preocupante. Con respecto a los Robos con Fuerza en Domicilios, este Grupo trabaja codo con codo con el Grupo de Delincuencia Especializada (antiguo Grupo de Robos), para poder identificar a los menores que realizan estos actos delictivos, tarea ardua si se tiene en cuenta, como he comentado anteriormente, que muchos de ellos son inimputables y por lo tanto no están “fichados” policialmente.
P- ¿Grado de violencia empleados en sus actuaciones, particularmente en el caso de los atracos y asaltos?
R- Hemos observado que la violencia que ejercen estos menores para esos tipos de delitos, es cada vez más alta. Sube esa violencia y baja la edad de los menores que cometen los mismos, lo que hace que policialmente sea, en algunos casos, muy difícil su identificación. El uso de armas blancas o de una violencia física inusitada, unido a la rapidez con la que actúan, hace que las víctimas, no sean capaces posteriormente de reconocerlos. Estos menores saben con quién deben emplear esa rapidez en sus actos, con quien usar la intimidación y con quién usar la violencia física.


P- ¿Cuáles son las formas de actuar habituales? ¿Normalmente actúan acompañados? ¿Hay un resurgir de las bandas juveniles, aquellas que se hicieron famosas en los 80?
R- Son muy básicos en la perpetración de sus hechos delictivos, sobre todo en aquellos hechos en los que utilizan esa violencia de la que ya hemos hablado. Según vayan acompañados o no, la violencia se  visualiza más. Es decir, cuando se amparan en el presunto anonimato que puede dar el actuar en pandillas más o menos grandes de entre 7 y 10 menores, esa violencia queda más reflejada, pero también es cierto, que usan también esa violencia cuando por parte de la víctima ven algún tipo de respuesta no esperada a sus pretensiones. Hemos observado que actúan en compañía cuando se salen de lo que llamamos su zona de “confort”, que no es más que las zonas cercanas a su domicilio. En estas zonas de “confort”, se ven absolutamente “impunes” por muchas razones; El estar cerca de casa, para poder huir, el saber que en pocas ocasiones serán reconocidos por los propios vecinos al temer éstos las represalias posteriores, y sobre todo porque conocen donde meterse para no ser encontrados.
         Suelen actuar, como ya he comentado, en pandilla, o por lo menos en parejas. Esto último es lo que suelen hacer los menores inimputables. Las actuaciones en solitario las dejan para cuando delinquen cerca de sus propios domicilios.
         Para nada se puede comparar esto a lo que pasaba en los años 80 con aquellas bandas juveniles que tanto dolor de cabeza dieron. A esas bandas las sufrí personalmente en dos ámbitos de mi vida. Primero, porque viví en Barcelona desde los 11 años, en concreto en Hospitalet de Llobregat, y esas bandas eran verdaderamente peligrosas, no se dedicaban sólo a pegar tirones, atracaban tiendas, usaban armas de fuego, los tirones los solían dar desde coches. Sólo tenemos que recordar películas como “Perros Callejeros” o la propia detención del “Vaquilla” en directo y, ya como Policía desde el año 86, porque en determinadas zonas de Barcelona actuaban con una violencia y preparación en sus actuaciones, que nada tiene que ver con esto; además, estamos hablando de la peor época de la heroína en España, y por tanto nada tiene que ver con respecto a lo que hablamos en Murcia actualmente. Éstos son un grupo de menores, que no tienen otra cosa que hacer, que delinquir, aprovechándose en cierta manera de la actual Ley de Responsabilidad de Menor, cosa que no pasaba en esos años 80, en los que a un mayor de 16 años, se le aplicaba la misma Ley que a un mayor de edad.
P- ¿Hay sospechosos habituales? ¿Chavales que vuelven a ser detenidos una y otra vez porque tienen la sensación de impunidad o porque no se reinsertan?
R- Por supuesto. En el momento que nos llega una denuncia en alguna zona determinada, alguna pedanía o barrio y por un delito concreto, tenemos la certeza de quién o quiénes han sido, con un margen de error casi inexistente. Si bien estos menores no están organizados, no es menos cierto que no suelen salirse de sus zonas de actuación. Hemos podido observar que entre estos pequeños menores infractores hay muchos nexos comunes, se conocen entre ellos, delinquen juntos en algunas ocasiones, son identificados en los mismos lugares, van a los mismos centros escolares, residen en las mismas zonas. Pero lo más preocupante puede llegar a ser el que menores de diferentes zonas también son identificados juntos, se conocen, y sin que tengan ley escrita, cada cual sabe en qué zona debe delinquir, sin molestar a los otros. Es como si tuvieran dividido el territorio, siempre como punto común el domicilio de éstos.
Hay menores que sabes desde el principio que no son reinsertables, han vivido y han aprendido a sobrevivir cometiendo delitos. Es más, en algunos casos, sus propios progenitores son conscientes de la vida que llevan sus hijos y se aprovechan de ellos y de ello, sacando beneficio de los delitos que estos menores cometen, bien vendiendo los efectos procedentes de los delitos, o bien utilizando éstos. Cuando un menor aparece por el GRUME, sabemos si lo volveremos a ver; en raras ocasiones nos equivocamos. Hay menores a los que conocí teniendo once años, y en la actualidad, siguen siendo detenidos, siendo ya mayores de edad.
Por supuesto que pensamos en mi grupo que estos menores se sienten impunes, y nosotros, como Policías y como miembros de la sociedad, nos sentimos absolutamente impotentes. Detienes a un menor, muchas veces, incluso en alguna ocasión más de una vez a la semana. En esta última operación que llevó a cabo el Grupo de Menores de la BPPJ de esta Jefatura Superior, volvimos a identificar a determinados menores, tras haber sido detenidos el día anterior, por hechos cometidos al día siguiente. Estos menores, fueron puestos en libertad y entregados a sus progenitores. Algo se está haciendo mal. La sensación que se tiene como Policía, es que ellos van siempre por delante de nosotros y eso no es bueno.


P- ¿Perfil habitual del menor? ¿Lugar de procedencia? ¿Entorno? ¿Nivel socioeconómico?
R- No hay un perfil tipo del infractor menor en nuestra ciudad. Sí que está claro que la mayoría de ellos residen en zona deprimidas, proceden de familias desestructuradas donde lo único que han podido conocer, desde sus padres a sus hermanos mayores es la actividad delincuencial, copiando estas actuaciones y enseñándoselas posteriormente a sus hermanos pequeños. Tenemos familias completas que han pasado por las dependencias del GRUME, y ya hemos empezado a identificar a los más pequeños de la familia como nuevos infractores. Tampoco hay una nacionalidad en concreto, la mayoría de estos menores son nacidos en Murcia aunque su procedencia sea de fuera. También hay que destacar que muchos de ellos, son menores que apenas tienen un control de sus progenitores, los cuales salen a trabajar muy temprano y regresan muy tarde a casa, ignorando en muchas ocasiones, si sus hijos han acudido al colegio o qué es lo que han estado haciendo durante todo el día. Está claro que la actuación no debe ser sólo policial, los Servicios Sociales tienen mucho que hacer, estos servicios tienen conocimiento de este problema al igual que lo tiene la Policía, debemos de trabajar todos conjuntamente para evitar estas situaciones.
Hay otros menores que proceden de familias estructuradas, han acudido a buenos colegios, les han procurado una educación exquisita y residen en zonas de un nivel social medio-alto y, aun así, eligen este tipo de vida.
         Lo que todos ellos tienen en común, es un nivel educativo bajo, un índice de absentismo escolar muy alto, son o han sido ya problemáticos en sus centros escolares, comportamientos absolutamente disruptivos y por supuesto muy bajo nivel académico.
P- ¿Hay algún cambio de un tiempo a esta parte en el tipo de víctimas elegidas? ¿Antes se asaltaba fundamentalmente a menores y ahora no hay problemas en asaltar a personas de mediana edad o personas mayores?
R- La víctima siempre depende del tipo delictivo que se vaya a cometer. Cuando ellos consideran que no habrá resistencia, eligen a menores o personas mayores. La diferencia entre este tipo de víctimas está en el “MODUS OPERANDI”. Los menores son víctimas propicias para los delitos de robos con intimidación con arma blanca, o simplemente la intimidación verbal, cuando el número de agresores es grande. También es más fácil agredir a este tipo de víctima sin recibir respuesta alguna. Por otro lado, las personas mayores, son más proclives a ser víctimas de “TIRONES” tanto de los bolsos, como de sus terminales móviles, debido a su poca movilidad, o agilidad. En algunas ocasiones, en que la víctima se aferró a su pertenencia para evitar el robo, los menores agresores no dudaron en emplear la violencia física para lograr su fin.
Hemos de tener en cuenta que cualquiera podemos ser víctimas de estos menores, ir hablando por la calle por el teléfono móvil se ha vuelto una situación de riesgo; sólo les hace falta un pequeño empujón, quitarte el teléfono de la oreja y salir corriendo, o en bicicleta, para que cuando uno reaccione, el menor o los menores se encuentren lejos, y con nuestro teléfono en su poder.
Sí que es cierto, que años atrás, estos mismos menores no usaban la violencia contra las personas de avanzada edad, pero esto, al igual que esa violencia, ha cambiado.
P- ¿Hay alguna particularidad en relación a los lugares en los que actúan?
R- Si, ése es uno de los datos más llamativos de algunos de estos grupos de menores. Como he dicho antes, estos grupos tienen su propia zona de confort, es decir, su propio barrio y es aquí donde se encuentran cómodos, saben que aunque son conocidos, muy pocas veces los van a denunciar, aunque sí es cierto que en ocasiones lo son, por parte de las víctimas con nombres y casi los apellidos. Es mayor el miedo a las represalias que cualquier otra circunstancia, incluso el deseo de recuperar sus propias pertenencias.
         Por otro lado, estos grupos de menores tienden a acudir a zonas, donde ellos creen que el poder adquisitivo es mayor; me explico, para ellos no es lo mismo el teléfono que puede comprar un padre a su hijo en el Barrio del Carmen, Vistabella o cualquier otro, que por ejemplo en La Flota. Los delitos cometidos por estos grupos de menores en esta zona, son muchos; además, se observó que los menores que residen del Zigzag hacía el rio (Barrio de la Fama, Polígono de la Paz, Vistabella), no pasan de este centro comercial, y los que residen del mismo hacia arriba (Espinardo), no suelen bajar más allá de este centro. Parece que tienen dividida la ciudad, bien por falta de medios para desplazarse, por la cercanía de sus propios barrios, o como he dicho anteriormente, por cualquier otra circunstancia.
         Si me permite, quisiera aprovechar para decir que el Grupo de Menores, al igual que cualquier otra unidad policial no somos nada sin la colaboración ciudadana, han sido muchas llamadas telefónicas las que en los últimos meses ha realizado mi grupo a denunciantes con el fin de que acudieran a dependencias policiales a ayudarnos a identificar a los presuntos autores de los hechos que sufrieron y la verdad es que hemos tenido mucha ayuda, pero mucha es poca para poder luchar contra este problema, que lo es de todos. El teléfono del GRUME está operativo para cualquiera que nos pueda facilitar información, y en todo caso, el 091 es la manera más fácil de contactar con la Policía Nacional. Toda ayuda es siempre bienvenida.

Muchas Gracias.

Alejandro CRUZ MORGADO, Inspector de la Policía Nacional, Jefe del Grupo de Menores (GRUME) de la BPPJ, de la J.S.P. de la Región de Murcia.

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